La Peronización de la política uruguaya
1 . Elogio de la Diversidad
Una vez en el viejo bar “La Red”, que hoy ya no existe, en la calle Orinoco en Malvín, me encontré con Alfredo Zitarrosa que jugaba a las cartas con un grupo de vecinos.
Entré a saludar a Alfredo y hubo una pausa en la partida de truco para intercambiar saludos.
En eso se acercó un parroquiano que parecía conocerlo a Zitarrosa y lo abrazó muy efusivamente.
El tipo estaba medio encurdelado y le decía:
-“Mirá qué es lindo ser blanco, Alfredo. Leandro Gómez…Saravia… Lorenzo Carnelli, Wilson….Mirá qué es lindo ser blanco”.
Mientras nombraba ceremoniosamemente a aquellos hombres claves de la historia del Partido Nacional, me miraba de reojo, como buscando un gesto de coincidencia o aprobación.
El hombre dio una mirada de inspección general a los otros de la mesa y continuó:
- "Pero es lindo ser colorado también.
Don Pepe, Domingo Arena, Julio César Grauert… Luisito Batlle Berres en su momento.Mirá qué es lindo ser colorado”
Volvió a mirarme y como no advirtió en mi el gesto o la reacción que esperaba, concluyó:
-“Ahora, ser del Frente Amplio, no tiene nada de malo”.
“ …Ha de ser lindo ser frentista”.
Una visión uruguaya, de antes, de la diversidad y de la política.
2. Santa Adelina. La política como la continuidad de los negocios.
Adelina Viola, una suerte de ¨Evita liberal¨ de la década de los ´80, surgió del mundo empresarial y se instaló como concejal de la UCD de Alsogaray( golpista y fervorosamente anti peronista en los ´50).
Luego fue diputada, más tarde subsecretaria del Ministerio del Interior y después titular del Banco Hipotecario durante la ¨revolución de pizza y champagne¨del Menemismo.
Cuentan que caminando por una calle céntrica de un edificio en obra unos obreros le gritaron a Adelina: ¨Qué culo mamá!¨
Ella sin inmutarse, se volvió sonriente y les contestó: ¨Si te gusta, votalo!¨
Es bueno recordar que para Adelina Viola la política es la continuidad de los negocios por otros medios, porque pasó de vivir con los rigores de la clase media a un dúplex en Palermo valuado en un millón y dólares y posteriormente se fue a vivir en el country del Club Argentino de Golf.
Ella, como muchos ¨arrimados¨ al ex presidente Menem, hoy ha caído ¨en desgracia¨, es un decir, y ha abandonado la política para volver al mundo de los negocios.
En el momento actual su empresa tiene entre sus principales clientes a la firma Mastec, de los herederos del dirigente anticastrista Jorge Más Canosa.
Adelina, como otros personajes vinculados al espectáculo, el deporte y el empresariado, expresan una visión de la política como una ¨oportunidad¨ de hacer pingues negocios o alcanzar una posición de mayor lustre.
No se trata de hombres y mujeres que han llegado a ocupar posiciones en el partido por el camino de la militancia.
Son en su mayoría recién llegados, paracaidistas que saltan del podio al sillón, del tablado a la secretaría, del disfraz a la divisa, como guirnaldas y adornos del árbol de navidad electoral.
En una sociedad como la nuestra, ¨colonizada¨ por el modelo cultural que consolidó el menemismo, no resulta extraño que también se instale aquí ¨la política de los famosos y de los mediáticos¨.
Pobre democracia.
Así como Calígula hizo cónsul a su caballo Incitatus, ¨la política descremada y ultra light¨ nos propone como candidatos a campeones jubilados, paladines de Momo o Don Dinero, pícaros y rufianes melancólicos, acróbatas y prestidigitadores del circo urbano y acreedores morales que al grito de ¨Y pa´mi que hay?¨.
La sociedad de la información y de la comunicación ha llegado también al gallinero, que se revuelve con el ingreso de plumíferos poco habituales, de meteórico ascenso, entre las ponedoras y los gallos que se levantan con el sol.
Pobre política.
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