viernes, 27 de julio de 2007

UN HASTA SIEMPRE A OSCAR MORO




Mi brother, Beto Satragni me envía esta nota de Claudito Kleiman sobre el homenaje a Oscar Moro, baterista de Charly, Litto Nebbia y otros, en bandas como Serú Giran, Los Gatos, etc.

La idea era juntar sobre un escenario algunos de los músicos y amigos con los que compartió parte de su extensa trayectoria, para rendir homenaje a Oscar Moro, cuando se cumplía un año de su fallecimiento. Organizado por la Dirección General de Música y el hijo de Oscar, Juanito Moro (también baterista), el evento, a pesar de la escasa promoción, convocó un público que colmó las instalaciones del Teatro Alvear, quedando gran cantidad de gente afuera.

El pacto de caballeros acordado entre los músicos, era que cada formación interpretaba dos temas, cosa que se cumplió casi al pie de la letra. Una fluída organización posibilitó que casi no hubiera pausas entre un grupo y otro; los escasos minutos de intervalo eran ocupados por alguno de sus amigos recordando la figura de Moro, mientras se proyectaban fotos de toda su carrera. Aún quienes no tocaron, como los bateristas Leo De Cecco y Daniel Colombres, quisieron hacerse presentes con sentidas palabras.

Es difícil comentar un evento como éste sin que parezca un comentario deportivo donde se apuntan las formaciones de los equipos participantes. Vale decir entonces que al margen de los desniveles musicales, y la mayor o menor cantidad de ensayo-, todo el concierto tuvo un alto grado de emotividad, que fue un crescendo hacia el final, y que los músicos participantes supieron subordinar sus egos (o al menos, mantenerlos bajo control) en función de homenajear la figura de un músico tan querido como fue Moro.

La cosa comenzó con la Superbanda (Héctor Starc, Machi Rufino, Ciro Fogliatta, Rodolfo García), haciendo curiosamente- dos temas de Spinetta, pertenecientes a grupos en los que Oscar no participó. Igualmente, sonaron bárbaro. Roy Quiroga, Botafogo (cada vez más parecido a Billy Gibbons, de ZZ Top) y Rinaldo Rafanelli bajista original del grupo homenajearon a Color Humano, con un poderoso instrumental y el clásico "Mañana Por La Noche".

Ciro Fogliatta, Juan Carlos Pueblas (de los Gatos Salvajes), Willy Quiroga, Black Amaya y Ricardo Tapia rindieron tributo a Los Gatos, con "Soy de Cualquier Lugar" y "La Balsa". En este último, Tapia invitó a compartir el micrófono a otra leyenda del rock vernáculo, Pajarito Zaguri, una figura única, que llenó el escenario con sus pasos de baile. Ciro se quedó en el escenario para el siguiente "supergrupo", con Juan Rodríguez en batería, Juanse y Carlos García López en guitarras y Claudia Puyó en voz, que continuaron con la faceta más rockera de Los Gatos: "Rock de la Mujer Perdida" y "Mujer de Carbón". Al margen de los desajustes, la voz de Claudia consiguió emocionar a toda la sala.

La mitad de la Máquina de Hacer Pájaros -José Luis Fernández y Gustavo Bazterrica-, más Andrea Alvarez y Claudia Puyó, dieron una lección de rock progresivo, reproduciendo con gran fidelidad "Hipercandombe" y "Boletos, pases y abonos". El nivel musical continuó en alza con Beto Satragni (llegado especialmente desde Uruguay, y visiblemente emocionado), junto a Lito Epumer y Juanito, con temas del álbum de Moro-Satragni, lo más cercano que tuvo Oscar a un proyecto solista, con un sonido de jazz-rock latino.

El fin de fiesta fue para un grupo conformado por Charly García (en una noche impecable), José Luis Fernández, Rubén Goldín y Juanito, definido por el tecladista como "los Hermanos Tributo". Hubo temas de Serú, de La Máquina y de Charly solista, pero aún faltaba el broche de oro. Para los bises, un dueto improvisado entre García y Pedro Aznar, a los que se sumó Juanito (cuyo estilo recuerda vívidamente al de su padre), en una perfomance extraordinaria, con el bajista particularmente inspirado en temas como "Esperando Nacer" y "Encuentro con el Diablo".

"Queremos tocar más, pero no nos dejan", fue lo último que se escuchó de García. Se sabe, los teatros municipales son implacables, pero el objetivo estaba cumplido. Habían pasado dos horas y media, y como dijo alguien desde el escenario, "Moro anda por aquí, riéndose".

Por Claudio Kleiman

jueves, 26 de julio de 2007

VIEJAS PALABRAS, NUEVOS HORRORES



Ante los dichos de una periodista española, que anduvo por Montevideo, defendiendo y justificando la guerra del Líbano, descarada y alevosamente, decidí subir estas palabras que envié en su momento a mis amigos y compañeros.





Queridos compañeros:

hace un tiempo el profesor José Rilla me habló del libro ¨Hitler¨de Ian Kershaw, una obra tan voluminosa como apasionante sobre el nazismo, sus orígenes y la figura emblemática de un
movimiento político que es responsable de una de las peores pesadillas de la humanidad, tan sólo comparable en su espantosa dimensión con el genocidio de los millones de africanos sometidos a esclavitud y ¨exportados¨al continente americano en los siglos XVIII y XIX.
El nazismo para mí, como ex-estudiante de historia en el IPA y en la facultad de Humanidades y también como ser humano, tiene la inexplicable fascinación de los ojos de la serpiente.
Además, nací en Villa Muñoz, el barrio de la colectividad judía de Montevideano, y mis amigos, mis hermanos de la infancia, pertenecen a esa comunidad, de modo que he sentido desde la época escolar un compromiso socialista con el holocausto y el padecimiento de los judíos en Europa entre 1938 y 1945.
En el viejo cine Centenario vimos ¨El Fascismo corriente¨, ¨Roma ciudad abierta¨y otros filmes que nos hicieron antifascistas convencidos, dispuestos a patear el nido donde la serpiente volviera a empollar.
Santo Domingo, Viet-Nam, Argelia, fueron escenarios distintos pero iguales al Ghetto de Varsovia en e mismo ejemplar heroísmo de gente distante y extraña, pero con la que sentíamos una singular familiaridad. No creo tener ya tiempo de ir a Hanoi o Argel, pero podría decirles que conozco esos lugares, que nunca visité, y que ya nunca visitaré, donde se libraron batallas ejemplares contra embriones fascistas y genocidas.
Un amigo de la infancia, Leo, se recibió de médico en Uruguay y siguiendo su vocación sionista y la influencia de sus mayores, se fue a Israel a un Kibutz.
Pocos años después, lo reencontré en Montevideo donde volvió a vivir, y para siempre. ¨¿Por qué volviste?¨. le pregunté.
Tomó un largo sorbo al vaso de cerveza que estábamos compartiendo y me contestó: ¨Una vez en Gaza, estaba de franco como médico y salí a pasear. Los ojos aterrados de los palestinos, me hicieron sentir como un paracaidista francés en ¨La batalla de Argel¨. Cuando me dí cuenta de eso, decidí volver a Uruguay¨.
¨La batalla de Argel¨fue un film incómodo y crudo que vimos juntos y que lo ayudó a él a volver.
Miro los bombardeos sobre el Líbano, descomunales, desproporcionados, pero con la certera puntería de una alta tecnología de pesadilla.
Escucho la radio, y un hombre honrado y sencillo, se debate con las palabras para las que no es diestro, para decir: ¨Es espantoso, los países tienen que hacer algo...yo tengo cinco hijos y ayer después de ver la tele...ya no pude dormir...los países tienen que hacer algo ya...¨.
El que habla es un uruguayo, del interior, un hombre modesto, que dice que nunca se le había ocurrido antes, pero que decidió llamar, ¿para qué?, no lo sabe bien, pero él sintió que debía llamar y decir que paren con esta carnicería.
A esta hora, las 18 y 38 de la tarde, me siento igual que ese compatriota que vaya a saber en qué lugar de la patria, mientras se rompe el alma para darle de comer a sus cinco botijas, se pregunta por qué el mundo es un festín de lobos.
Nunca he tenido animosidad alguna contra el estado de Israel, nací en 1951, y ya era un hecho consumado, legitimado incluso por la intervención de un hombre principal que venía del batllismo y que acabaría sus años integrado a mi fuerza política, el profesor Rodríguez Fabregat.
Repudio, porque soy un admirador del espíritu de humanidad y tolerancia que está en la esencia del Islam(REMEMBER EL CALIFATO DE CORDOBA), todas esas demencias fundamentalistas de Al Qaeda y epígonos que también me resultan bastante nazis.
Pero, ahora, hoy, si pudiera gritar desde el fondo mismo desde mi tripas, gritaría:

VUELVAN ATRÁS Y EN NOMBRE DE LA HUMANIDAD PAREN YA EL BOMBARDEO SOBRE EL LÍBANO.


ISRAEL debe someterse, cosa que nunca hace, al dictamen de las Naciones Unidas expresado a través de su Secretario General.
No es un film de horror, aunque lo parezca, esas imágenes que envenenan el alma, el beso de mis hijos, el pan, el vino, el sueño, el libro y la tibia memoria
de mis muertos.

¿Para qué les escribo?

Para poder recuperar mi simpatía por lo humano.

Cuídense y vayamos al contraataque ¨hasta con flores¨.


Macu

lunes, 23 de julio de 2007

Uno, y el corazón del otro.



Comentario para el disco noruego de Daniel Amaro, que será editado en Montevideo por el entrañable Angel Atienza, el factotum de Perro Andaluz.

La primera imagen que me viene a la cabeza de Daniel Amaro, es la de un muchacho de lacia y larga melena, con un mechón ceniciento, y de jeans ajustados, cantando ¨Flying high¨de Country Joe & The fish, cuando el parte de una bandera uruguaya legendaria, Cold Coffee(estaban alli Ernesto Soca, Pippo Spera, Helena Paglia y su hermana).
¿Qué año sería entonces, tal vez 1970? La segunda tiene que ver con Diana Reches, alias Diane Denoir, haciéndome escuchar una cinta con el Amaro cantando a Ernesto Cardenal. Y la tercera tiene que ver con un patio del Instituto de Profesores Artigas y alguien que me pasa furtivamente un disco de vinilo, simple, grabado en Bs.As., incluyendo ¨Reina de la plaza¨ una canción escrita por Daniel con su hermano Eduardo(entrañable fantasma que anda de gira por un barrio donde regalan poemas como si fuera perejil).
Desde estas imágenes, prehistóricas, asunto de viejos dinosaurios, han pasado más de treinta años, en los que Daniel Amaro entra con sus canciones en mis oídos y en mi corazón como juan por su casa.
Es un antiguo compinche, compinche de compinches de mí y de mi alma como Esteban Leivas, como Pippo, Diana y tantos.
Por eso, me atrevo, o al menos eso intento, a escribir estas pobres palabras que pretenden introducirte en la audición del nuevo cd de Daniel Amaro.
Detrás de esa manzana matusalénica, que no es la de Apple, ni la manzana de nuestros pecados, ni el espejo de hoy de una antigua reina del barrio, hay un manojo de canciones escritas ¨desde el corazón patria de sentimientos¨, como dice Daniel.
Algunas tienen ese perverso espíritu de tango, que nuestra generación definió como tanguez, hay también boleros cabezones y reos, transiciones jazzísticos de los noruegos que acompañaban al Amaro y que tocan como mil demonios(por cierto, escuchen el bandoenón de Per Anne Glovirgen en ¨Polvo enamorado¨, suena como si en lugar de haberlo hecho cerca del Mar del Norte hubiera nacido en Pompeya).
Decía Daniel que en las canciones no caben muchas explicaciones, y concluía que este cd era una manera revertir la soledad,porque lac canciones no cambian al mundo pero ayudan a vivir.
Y es así , desde Bergen, Noruega (donde un plato de ravioles amasado por Doña Julia puede ser tan exótica como una nevada en Dakar) estas canciones desde el corazón de Daniel Amaro sostienen el mío en esta fría tardecita montevideana, mientras escribo estas palabras que introducen.
Con ¨abrazo de gol¨.
Atilio Pérez da Cunha
(Macunaíma)
Montevideo, julio de 2007

domingo, 22 de julio de 2007

NEBBIA, HERMANO


hola Macu

gracias por tus recuerdos y palabras

espero que andes bien

parece que a lo mejor en este festejo de los 40 años de Los Gatos...haremos mas de 30 conciertos y algunos latinoamericas...
y Uruguay es posible que lo hagamos, montevideo, claro..ya sabras

un abrazo y suerte

litto nebbia

a la brevedad te envio mi nuevo disco THE BLUES que recien salio...

chauuuuuuuuuuuu