lunes, 7 de abril de 2008
EL FLACO SE EQUIVOCÓ EN UNA COSA.
Ilustración en homenaje a Daniel Bosch Suárez, de Martín Olivera creativo de Mc Cann Erickson -Uruguay
Mirando la frivolidad, la tontería de plástico y las boludeces de esta era del vacío, con el Flaco Bosch rumiábamos nuestra decepción como dos viejos gruñones. En medio del vértigo que era su vida, especialmente cuando ya no trabajábamos juntos, en los diez minutos, controlados por reloj, que me dispensaba para hablar de la vida y otras cosas, Daniel Bosch solía decirme: ¨Ganaron los escolares¨.
Era su forma de evaluar la mediocridad imperante, la falta de ideas y de talento que veíamos a nuestro alrededor, consecuencias de una sociedad que excluyó sistemáticamente durante las últimas cuatro décadas a buena parte de su población y que dejó derrumbarse el sistema educativo, que alguna vez fue orgullo de los uruguayos.
¿Cómo sorprendernos entonces con tanta ignorancia supina, tanta falta de sensibilidad y de creatividad legítima?
A veces, nos refugiábamos en los recuerdos de los fermentales años 60, el único antídoto a mano para bancarnos la chatura y la estupidez. Pero aunque yo me bebía la frase, ¨Ganaron los escolares¨, junto con el café aprobatoriamente, debo decirle al Flaco que estaba equivocado.
Debo repetir con otro flaco, Spinetta, ¨que por mucho que me fuercen, yo nunca voy a decir que todo tiempo por pasado, fue mejor. Mañana es mejor¨.
Y es así.
Esta ilustración es de un hombre joven, un talento de Mc Cann Erickson, la agencia a la que Bosch dedicó su vida y yo una parte de la mía, nuestra casa querida, plena de recuerdos de grandes batallas y con la presencia emblemática del Tío.
Martín Olivera se equivocó en su apreciación. también yo me equivoqué.
Esta ilustración que sintetiza talento y sensibilidad, prueba que sigue habiendo seres valiosos capaces de recoger el eco de lo que antes hubo.
¿Cómo sorprendernos entonces con tanta ignorancia supina, tanta falta de sensibilidad y de creatividad legítima?
A veces, nos refugiábamos en los recuerdos de los fermentales años 60, el único antídoto a mano para bancarnos la chatura y la estupidez. Pero aunque yo me bebía la frase, ¨Ganaron los escolares¨, junto con el café aprobatoriamente, debo decirle al Flaco que estaba equivocado.
Debo repetir con otro flaco, Spinetta, ¨que por mucho que me fuercen, yo nunca voy a decir que todo tiempo por pasado, fue mejor. Mañana es mejor¨.
Y es así.
Esta ilustración es de un hombre joven, un talento de Mc Cann Erickson, la agencia a la que Bosch dedicó su vida y yo una parte de la mía, nuestra casa querida, plena de recuerdos de grandes batallas y con la presencia emblemática del Tío.
Martín Olivera se equivocó en su apreciación. también yo me equivoqué.
Esta ilustración que sintetiza talento y sensibilidad, prueba que sigue habiendo seres valiosos capaces de recoger el eco de lo que antes hubo.
domingo, 6 de abril de 2008
EL SUEÑO MÁS DULCE
Fotos: gentileza de Vbloger, Lucha Lésbika y Gala
En mayo de 1968 se produjo la mayor crisis social y política de la Quinta República Francesa, con grandes revueltas estudiantiles y paralizaciones obreras en todo el país, provocadas por el autoritarismo creciente del régimen en los medios educativo y social. Durante un mes el gobierno pareció seriamente amenazado, pero no había fuerzas políticas capaces de derribarlo y la huelga general fue levantada tras la concesión de un aumento salarial.
Por otra parte, en el sudoeste asiático se profundizaba la guerra de Viet Nam, involucrando a países como Laos y Camboya, generando también una fuerte reacción en la opinión pública norteamericana y en el movimiento estudiantil.
En ese año crucial, México sería escenario no sólo de los Juegos Olímpicos, sino también de los hechos sangrientos y dramáticos conocidos como La matanza de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en el barrio de Tlatelolco en la ciudad de México fue una agresión militar y paramilitar (Batallón olimpia) fraguada por el gobierno mexicano en contra de un pacífico grupo de manifestantes.
Los vientos de insurgencia y de cambios no sólo soplaban en América Latina y en Francia,ya que en el llamado ¨campo socialista¨comenzaban a respirarse nuevos aires.
En Checoeslovaquia, por ejemplo, la necesidad de las reformas era planteada ya desde inicios de la década de 1960 por algunos miembros destacados del Partido Comunista Checo, entre los que destacaba el eslovaco Alexander Dubcek. Sin embargo, los sectores más inmovilistas, liderados por el secretario general del partido, Antonin Novotny, se impusieron cegando cualquier posibilidad de reformas
La postura reformista se fue extendiendo por diversos sectores sociales, especialmente los grupos intelectuales, entre los que ya destacaba un joven dramaturgo Vaclav Havel. En el IV Congreso de Escritores de Checoslovaquia, celebrado en 1967, diversas personalidades de la intelectualidad checoslovaca protestaron abiertamente contra las prácticas dictatoriales del partido. La reacción represiva de de Novotny precipitó el cambio. Breznev no le apoyó con claridad y en enero de 1968 accedió al poder una nueva dirección del partido comunista dirigida por Alexander Dubcek. Dubcek fue el primer eslovaco que accedía al poder en Praga. Junto a medidas de reconocimiento de la nacionalidad eslovaca, el gobierno emprendió una serie de actuaciones liberalizadoras que fueron apoyadas por los medios de comunicación favoreciendo el levantamiento de la censura el día 5 de marzo. Se iniciaba así la "Primavera de Praga".
En el Uruguay, la batalla que el estudiante Líber Arce libró durante cinco días, concluyó con el sueño del país ponderado y culto, que dormía la siesta tranquilo mientras el resto del mundo y el continente ardían.
En 1968, el movimiento estudiantil también tomó la calle como en París, Praga u otras partes, al grito de ¨obreros y estudiantes, unidos y adelante¨, sellando un pacto de sangre y fuego en defensa de la autonomía universitaria y las libertades públicas, cercadas por el autoritarismo.
Mayo del 68, como síntesis de una década revulsiva y fermental, trajo consigo profundos cambios en el modelo de vida imperante, en la cultura, en el arte, en el teatro, en el cine, en el diseño, etc.
En ese año crucial, México sería escenario no sólo de los Juegos Olímpicos, sino también de los hechos sangrientos y dramáticos conocidos como La matanza de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en el barrio de Tlatelolco en la ciudad de México fue una agresión militar y paramilitar (Batallón olimpia) fraguada por el gobierno mexicano en contra de un pacífico grupo de manifestantes.
Los vientos de insurgencia y de cambios no sólo soplaban en América Latina y en Francia,ya que en el llamado ¨campo socialista¨comenzaban a respirarse nuevos aires.
En Checoeslovaquia, por ejemplo, la necesidad de las reformas era planteada ya desde inicios de la década de 1960 por algunos miembros destacados del Partido Comunista Checo, entre los que destacaba el eslovaco Alexander Dubcek. Sin embargo, los sectores más inmovilistas, liderados por el secretario general del partido, Antonin Novotny, se impusieron cegando cualquier posibilidad de reformas
La postura reformista se fue extendiendo por diversos sectores sociales, especialmente los grupos intelectuales, entre los que ya destacaba un joven dramaturgo Vaclav Havel. En el IV Congreso de Escritores de Checoslovaquia, celebrado en 1967, diversas personalidades de la intelectualidad checoslovaca protestaron abiertamente contra las prácticas dictatoriales del partido. La reacción represiva de de Novotny precipitó el cambio. Breznev no le apoyó con claridad y en enero de 1968 accedió al poder una nueva dirección del partido comunista dirigida por Alexander Dubcek. Dubcek fue el primer eslovaco que accedía al poder en Praga. Junto a medidas de reconocimiento de la nacionalidad eslovaca, el gobierno emprendió una serie de actuaciones liberalizadoras que fueron apoyadas por los medios de comunicación favoreciendo el levantamiento de la censura el día 5 de marzo. Se iniciaba así la "Primavera de Praga".
En el Uruguay, la batalla que el estudiante Líber Arce libró durante cinco días, concluyó con el sueño del país ponderado y culto, que dormía la siesta tranquilo mientras el resto del mundo y el continente ardían.
En 1968, el movimiento estudiantil también tomó la calle como en París, Praga u otras partes, al grito de ¨obreros y estudiantes, unidos y adelante¨, sellando un pacto de sangre y fuego en defensa de la autonomía universitaria y las libertades públicas, cercadas por el autoritarismo.
Mayo del 68, como síntesis de una década revulsiva y fermental, trajo consigo profundos cambios en el modelo de vida imperante, en la cultura, en el arte, en el teatro, en el cine, en el diseño, etc.
En Mayo, un número de organizaciones sociales, no gubernamentales, gremiales y culturales, volveremos a gritar en el viento que ¨lo imposible es una posibilidad¨.
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