Con Mauri, y con el inolvidable Corto Buscaglia, fuimos a buscar a Alfredo Zitarrosa en su regreso al país. Desde que lo conocí en el 78, su música me pareció admirable, ¿qué podría agregar a lo que ya se ha dicho de él?. Mauricio Ubal ha sido, y es, un amigo consecuente de mi poesía. Más que eso, un verdadero compadre.
Para mi orgullo, hicimos juntos algunas presentaciones, con canciones y poemas entrelazadas.
Mi hermano querido, el Darno, apreciaba a Mauricio y sus canciones, lo mismo que yo.
Es para mí, un altísimo honor que haya estado en la presentación de La bufanda y que hayamos hecho lo que sigue juntos. Gracias Ubaldini.