martes, 21 de septiembre de 2010

BETITO DEL ALMA.

Anoche, segùn me cuentan, en Costa Azul los tambores sonaron celebrando la existencia de Luis Alberto Satragni. En medio de la mordedura del dolor de su ausencia, Silvina, su esposa, sus amigos, tocaron con bronca y con bravura para despedir a su cuerpo sufrido y recordar la dicha de haberlo conocido y de haberlo tenido entre nosotros.
Aprendí algo de esa noche,aunque no estuve allì.
Hay gente que espera òmnibus y trenes imposibles en esta vida.
Esperan y desesperan que un haz de luz, aunque sea mínimo, ilumine una existencia gris y rutinaria , en la que nunca habrà lugar para la ilusiòn y la fantasìa.
Mucho menos para la audacia de caminar por los pretiles, saltar al vacìo sin red y entregarse a las pasiones màs locas e incendiarias.
Los que queremos tanto a Beto, sabemos que gozamos de un privilegio de tenerlo con nosotros un tramo de esta vida, aunque las tristecìas comiencen a ganarnos el alma a medida que pase el tiempo y su ausencia se vuelva màs presente.
No sè que decìan exactamente los tambores de Costa Azul anoche, me imagino que decìan algunas de estas cosas, tan lindas y tan tristes como diría Líber Falco.

1 comentario:

el gato utópico dijo...

broder mayor:
Día jodido este domingo que pasó.
Dos de los nuestros se fueron de gira. El Beto y el "Abuelo" Labordeta.
Apenas con unas horas de diferencia.
Beto tenía tanta música y tanta cosa buena!
El viejo Labordeta también.
Dos de los nuestros, se fueron.
De los nuestros, pero bien nuestros.
Mi querido Macu, un abrazo y el vamo'arriba de siempre...