Querido Atilio:
Anoche fue una de esas noches mágicas. El barrio La Latina de Madrid sonó a murga y los afectos se dispararon.
De pronto, a la salida del teatro me encuentro con un caballero de barba blanca, cabellos largos... -yo a usted lo conozco- le dije.
De inmediato me extendió su mano y me preguntó quien era. Bastó decirle que era amigo de Macunaíma para
que me diera un gran abrazo. Estuvimos un rato largo charlando, intecambiando teléfonos y proyectando futuros encuentros.
Acá te mando la foto junto con el gran abrazo que te envió el querido Poni Micharvegas. Otro abrazo de mi parte Macu... vamo'arriba.
G.-
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