sábado, 25 de abril de 2009

RAFAEL



Hoy, mi querido amigo y compañero se celebra un nuevo aniversario de la revolución de los claveles, que en 1975 terminó con la dictadura de Salazar en Portugal.
Es curioso pero como contracara de la moneda, en nuestro país los militares instalaban el acta institucional No. 5 y dividían a las uruguayos en tres categorías de ciudadanos: A, B y C.
Un año más tarde, los verdugos de la dictadura asesinarían a tu padre, aquel maravilloso tribuno que fue Zelmar, al Presidente de la Cámara de diputados, Héctor Gutiérrez Ruiz y a mi ex compañera de secundaria Rosario Barredo y su compañero.
Después seguirían desapariciones, torturas abominables y crímenes grotescos como el de la esposa de Alberto Heber, ex Presidente del Consejo Nacional de Gobierno, o el de Geloz Bonilla en Maldonado.
Ninguno de los criminales de 1973 respondió por sus crímenes, fueron amparados por una ley que afrenta al público uruguayo y a todas sus expresiones politicas.
Afrenta a la rica historia del Partido Nacional y el Partido Colorado, a Don Pepe, a Domingo Arena, a Grauert, a Lorenzo Carnelli, a Leandro Gómez y a tantos hombres y mujeres militantes de los partidos históricos.
Afrenta a la izquierda uruguaya de indiscutible y ejemplar conducta cívica, porque los partidos ilegalizados en 1973, que defendieron con su sangre la constitución y la ley.
Hoy, también, nos levantamos con mejor talante, porque ayer el pueblo, como siempre, nos ha vuelto a dar una nueva lección de grandeza, reuniendo más de 300 mil firmas para anular una ley que mancha a la constitución y enloda los principios fundamentales que sostienen a la sociedad uruguaya.
He pensado mucho en ti, este día que empieza, que nos ha cejado ni un instante, junto a Familiares, las organizaciones de derechos humanos y el movimiento obrero organizado, en el reclamo de Verdad y Justicia.
El abrazo de siempre

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