Usted nunca sabrá de mí.
Ni de mi hermano querido, Eduardo Darnauchans Miralles, que cantó una versión amilongada y perversa de Jennifer Junnifer. Tampoco sabrá de los demás, de Víctor Israel Cunha, poeta, de Jorge Galemire, de Deqo, Helenita, Pippo y todos, todos los que amamos sus canciones.
Por una extraña suerte del destino, tengo como no tuve, como no tuvimos antes, sus discos sonando entre mis cuatro paredes. Me quiebra el viejo corazón, que ya no es caballo, pensar en cómo hubiera disfrutado oyendo sus canciones con mi viejo aparcero el Darno.
Ah...pero sería como ¨tratar de atrapar al viento¨.
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