domingo, 1 de junio de 2008

MALAS NUEVAS SOBRE SALVADOR PUIG.

Foto de Alejandra Covarrubias




Salvador Becquer Puig nació el 9 de enero de 1939 en Montevideo, Uruguay.
Poeta, comunicador y periodista, ha sido  corresponsal de las agencias internacionales Reuters entre 1976 y 1982 y Ansa desde 1982 hasta 2004
Sus libros publicados:La luz entre nosotros (1963),Apalabrar (1980),Lugar a dudas (1984),Si tuviera que apostar (1992),
Por así decirlo (2000),En un lugar o en otro (2003) y Escritorio (2006)
Salvador Puig, Becquer para nosotros, los muchachos de los 70,ha sido y es objeto de nuestra admiración y motivo de orgullo. Por eso, cuando nos enteramos que Becquer había sufrido un infarto cerebral nos pusimos a putear de lo lindo.
El poeta Víctor Cunha hizo circular la alarma en la red y escribió: ¨Me avisan que murió Salvador Puig¨.
Afortunadamente, la noticia estaba errada.
Por cierto, Becquer Puig había vivido, y aún la vive, una parada brava, pero está vivo y peleándola.
Mi hermano, el poeta Elder Silva, me escribió:
¨macu, es bueno que la poesia se ponga del lado de nuestro hermano de sed.
esta noche me voy al "ocho letras" a mirar por la misma ventana que èl mira.
recien vengo del liceo de colonia nicolich, donde dije que leìa poemas para
tirar fuerte a nuestro amigo para este lado...el lado de la vida.
abrazo a todos.
e l d e r¨.

Lo que sigue es un poema escrito con bronca, con el corazón en vilo, casi como un rito para exsorcisar a la Señora Otra.


Puig

¨me avisan que murió salvador puig¨
anuncia austeramente víctor cunha
¿es posible?
es posible el infarto cerebral
el cáncer de pulmón
la hora final
la mejoría precaria
la mejoría
¿ es posible?
el poeta enreda su error en la Internet
desesperada
¨¿qué decir? ¿soñar con un milagro? sueño pues¨
¿es posible?
es posible la inexactitud del texto
para nosotros despalabrados
como la muerte ficcionada
el error del poeta sobre el poeta
salvador
bécquer Puig
por él lloraría
lloraríamos Montevideo
una ciudad con mujeres con ojos
color tupí
con los nosotros huérfanos
cagándonos de hambre y de soledades
de desapariciones forzadas
sentenciados a muerte desde la teta
equilibristas a punto de caer
sobre el público
por él lloraría
lloraríamos minchos y outes
con sus mesas de bares
con sus perdedores
sus listos para nada
que nadie está preparado para su vez y su hora
ni siquiera para la de los otros
y menos
muchísimo menos para la del poeta
bécquer sediento
como un tropel de marineros
riéndose entre dientes de la Huraña
-flaca y torcida como una poeta troskista-
él avisa que nos dejemos de joder:
pero déjense de joder en serio
¨¿qué decir?¿ soñar con un milagro?¨
soñamos pues.

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