domingo, 23 de septiembre de 2007

DOMINGO COMO PASILLO DE HOSPITAL.


Brother Darno, ¿qué ángel se despeña en tu mirada?



Alfredo, milonga triste, un dolor muy antiguo,

Los domingos, al caer la tarde, desde los 6 o 7 años hasta la adolescencia, me evocan oscuras salas y pasillos de hospital, hasta donde llegué con mis riñones malos en reiterados períodos.
En esta exacta hora, las 18:30, mi madre se despedía de mí y mi corazón se estrujaba como una pelota de papel apretada por un puño. Todos los miedos, las angustias y una sensación de soledad me cercaban hasta la llegada del sueño, que tardaba más que en los días ordinarios.
Hoy que estoy en cama, con lumbalgia, leyendo y aferrándome a la música, dos sombras distintas y una vieja tristeza cruzan la media luz del cuarto, Hay dos de mí, que faltan y duele como un domingo de hospital.

Eduardo Darnauchans canta:

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