
Brother Darno, ¿qué ángel se despeña en tu mirada?

Alfredo, milonga triste, un dolor muy antiguo,
Los domingos, al caer la tarde, desde los 6 o 7 años hasta la adolescencia, me evocan oscuras salas y pasillos de hospital, hasta donde llegué con mis riñones malos en reiterados períodos.
En esta exacta hora, las 18:30, mi madre se despedía de mí y mi corazón se estrujaba como una pelota de papel apretada por un puño. Todos los miedos, las angustias y una sensación de soledad me cercaban hasta la llegada del sueño, que tardaba más que en los días ordinarios.
Hoy que estoy en cama, con lumbalgia, leyendo y aferrándome a la música, dos sombras distintas y una vieja tristeza cruzan la media luz del cuarto, Hay dos de mí, que faltan y duele como un domingo de hospital.
Eduardo Darnauchans canta:
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