lunes, 10 de septiembre de 2007

AGUANTE PERSEGUIDOR


Eduardo Mateo (1940-1990)



Amigos lindos del alma.

Pippo Spera y Horacio Buscaglia.No puedo hablar de ellos sino es en términos de fraternidades de una Montevideo ,que ya no existe, y en la que descubrí a Eduardo Mateo.
Pippo es la calle Pereyra de la Luz y un portón que franqueó Mateo, para hacer una escala técnica en un cielo agitado por aguaceros.
Horacio hizo mucho más por la memoria viva de Eduardo que un tratado de 332 páginas.
Cantó, e hizo cantar a miles y miles de gurises uruguayos “El Príncipe azul”, con su grupo “Canciones para no dormir la siesta”.

Dulce brillo

El 19 de setiembre de 1940, en el Hospital Pereira Rosell, nace Ángel Eduardo Mateo López, hijo de Angel Manuel Mateo Alonzo y de Silvia López.
Le pusieron Ángel, por el padre, y Eduardo, por Fabini, en cuya casa la madre había trabajado como sirvienta.
Doña Silvia era de Solís de Mataojo( como Juan Capagorry, poeta y cuentista) y se emocionaba viendo tocar el violín o el piano a Fabini, frente a la ventana.
En el nombre Eduardo, más que un homenaje de doña Silvia, parece estar el deseo de que Mateo fuera un hijo que le resultara “como don Eduardo”(Fabini), a quien ella admiraba mucho.
Estela Magnone recuerda que Eduardo le contó “que la primera música que oyó en vivo fue “El bolero de Ravel”, con 3 años y de la mano de su madre en el Parque Rodó”.
Mateo creció con la música de la radio y con los tamboriles que con el padre y sus hermanos, Carlos y Teresa, salían a tocar los 25 de agosto.
Después, apareció Joao Gilberto y la bossa nova, Os demonios da Garoa, Los Beatles, y el candombe, por sobre todas las músicas, y con un poco de levadura montevideana, la música de Mateo se volvió el pan ácimo del que comieron dos generaciones de músicos y compositores uruguayos.

Uh, qué macana

Muchos recuerdan a Mateo por sus andanzas céntricas, pidiendo monedas para un imposible vino o vendiendo entradas para un no menos imposible recital.
Esto generalmente me resulta tan estúpido como recordar a Vinicius de Moraes por la cirrosis, a Tom Jobim por los habanos que fumaba o a Zitarrosa por los cigarrillos que fumó.
Hay algunos discos imprescindibles de( o con) Mateo:
“Musicasión 4y ½”, “Mateo sólo bien se lame”, “Mateo y Trasante”, “ Mateo y Rada”, “ Cuerpo y alma”, “Mateo & Cabrera” y “La máquina del tiempo”. Hoy esos discos, en el formato original son incunables, pero no las antologías disponibles en CD, que contienen mucho de este material.
En muchas casas en las que he estado, he conocido gente que dice tener la música de Mateo como parte central de sus vidas. Pero esos discos no estaban. Sí hay, sin embargo, anécdotas, cuentos e historias, de un Mateo esperpéntico, mísero y pedigüeño de unas monedas esquivas. “Una vez, vino Mateo y me mangueó pa’l vino”, “En el Rancho Chileno, Mateo estaba siempre re-loco.”
Uh, qué macana.

“lo poco que hay es música de mierda y extranjera por miles...”( Litto Nebbia dixit)

Milton Nascimento graba “Cuerpo y alma” en su disco “Nascimento”( Warner bros.9-46492-2). Y también la graba el argentino Pedro Aznar, que descubre a Mateo en un tren bala en Japón a través de Hugo Fattoruso( “Pedro Aznar/ “Cuerpo y alma” BMI 1998).Pedro Aznar se vuelve loco con aquella música que salía del walkman de Fattoruso y graba su versión.
El día que la Junta Departamental homenajea a Mateo y todos los ediles cantan “Príncipe azul” no hay ningún medio de prensa.
No hay nadie para contar que el espíritu burlón de Eduardo Mateo ha pasado espectral, entre blancas ardillas y conejos, entre tipos grandes que lagrimean y que, sin temor al ridículo, cantan con él. Y con el Corto Buscaglia.
En una conferencia de prensa de Simply Red, sin embargo hay muchos: fans-periodistas , fans-fans, tv, radios, diarios, saladitos y tragos. Una periodista uruguaya pregunta sobre “ricky martin y el éxito de la música latina”, mientras se moja con la respuesta. Para alguna gente el candombe sigue siendo tan chongo, como cuando el Kinto Conjunto y Mateo inventaron la mano.

Calle Martínez Trueba

Mi proximidad a Mateo, persona, viene del 72-73, su música me había partido la cabeza mucho antes, con el Kinto y las Musicasiones.
Esta es la época, más o menos, en la que, con el Club de Teatro, Horacio Buscaglia, Bimbo Depauli, Jorge Denevi , hicimos los Conciertos del Colibrí en el Teatro Nuevo Stella. El Ciclo de recitales era para financiar la sala para el Club, pero la guita no apareció y además en el medio hubo un golpe de estado. Mateo llegó con Diane Denoir y estuvo en algunas reuniones de preparación. Y creo que tocó en algunos de los recitales, que me parece no fueron más de dos.
Estuve con él, de una manera más directa, yo ya leía mis poemas en el escenario, en la Escalera, un ciclo de recitales organizados por los devotos de Gurú Maharaji. Pirucho, Pippo y Mateo estaban en ese grupo que se movía en torno a la Misión de la Luz Divina y estaban en una búsqueda espiritual.
Yamandú Pérez, Pájaro Canzani y algún otro, lo único que queríamos era sobrevivir en medio de aquel infierno de la dictadura.
En 1977, Mateo organiza los recitales Mateo y participo en ellos como poeta y como co-organizador. Fue el momento en el que estuve más cerca de él. Guardo como oro, unas hojas cuadriculadas donde hay textos de su puño y letra.
En esos días, en la habitación que alquilaba en la calle Martínez Trueba, oficina del “comité organizador”, Eduardo me habló de sus influencias, las conocidas y las insospechadas.
Joao Gilberto, Demonios da Garoa, Los Beatles, ya se sabe. Pero en un momento cuando le pregunté por cierta forma de estirar las frases, cierta inflexión peculiarmente suya, con la que luchaba contra su consabida tartamudez, me dijo: “Esa forma de cantar es de Bob Dylan”. El sabía que yo era un devoto del Judío Errante y tal vez lo dijo para alagarme.
Es también posible que realmente lo haya oído en algún apartamento de Pocitos, donde se guarecía de los vientos más fríos y donde la muchachada de entonces solía acogerlo como un regalo de Navidad.


16 de mayo Día del Santo Tamborero

Dice el Pájaro(Canzani) que el 16 de mayo es San Mateo.
Para mí es la evocación de un encuentro con la Señora Otra en la que había muy pocos. Los amigos músicos y la familia, poquita, de Eduardo.
Antes de este último trance humano, alguna gente hizo lo que tenía que hacer: Fernando Cabrera, Andrés Recagno, Mariana Ingold, Eduardo Darnauchans(tan circuspecto como solidario),Alberto “Mandrake” Wolf, Elena de Pena( por entonces pareja de Eduardo),y la barra de siempre.
El velorio fue el 17 y no fuimos más de veintantas personas.
Silvia Tron, Directora de la página de espectáculos del diario “El Día”, me vino a preguntar, en una buena,“ para qué quería yo cuarta página para un obituario”.
Creo que en la respuesta puse todo el amor que pude, tanta bronca, tanta desesperación y amargura, defendiendo la nota que Mateo se merecía, que Silvia se quedó mirándome, de aquella manera tan irónica y tan suya, y después me hizo un gesto rápido como diciendo “ dale para adelante”.
Al otro día el cuarto se transformó en media página y el título de la nota fue “Se ha muerto un gran uruguayo”.
Esa aún se la debo a Doña Silvia

1 comentario:

Héctor dijo...

Oye Macu, ¿serás Macunaíma? Mira viejo, el tema es muy sencillo. Todos conocimos a Mateo, de una forma u otra. Su último recuerdo me viene en la plaza Matríz, pidiéndome dinero. Pero, ¿sabés? es una pena. Una verdadera pena, que ninguno le dio bola al genio cuando estuvo vivo y ahora todos nos acordamos de él. Yo nací dentro de la música uruguaya, Totem, El Kinto, Los Delfines, Los Mods, y muchos otros. Me "aburrí" de ir a cuartito que canal doce llamaba estudio A a ver Discodromo y de escuchar la Cinta de Oro en Centenario, radio Sarandí (la vieja CX 8 de música joven), luego Independencia, Panamericana "Color" y finalmente la vieja RadioMundo. Y ahora, todos conocimos a todos admiramos a Mateo. No te digo que no lo admires tú. Digo que todos nos subimos al caballo del ganador. Y el ganador lleva años muerto. Muerto en vida. Muerto en muerte. Muerto.