domingo, 5 de agosto de 2007

ENVIADO POR CRISTINA FERNANDEZ


Cristina Fernandez, la Gallega, la entrañable compañera de siempre, me pidió a través de Washington Carrasco, porque no se animaba, si me podía escribirle algo en el programa. Eso hice y lo incluí incluso en el blog.
El sábado 28de julio, oportunidad de la última actuación de Cristina en la Sala Zitarrosa con su espectáculo en galego ¨Cantigas¨, volví de la Universidad de la Empresa donde dicto un posgrado con un ataque de ciática.
No pude ir, no pude. Igual, según Cristina parece que estuve igual.
La carta de los padres de Gabriela Posada, guitarrista y compositora, me reconforta un poco.
Aunque no sé si la Gallega cantó en los bises alguna canción de Amancio Prada.
(Katia, prometo enviarte el DVD de Washington y Cristina)


Montevideo, 29 de julio de 2007

A la Sra. Cristina Fernández
“CANTIGAS”
Presente

Estimada señora : “Cantar en gallego con la rubia voz de Cristina las canciones verdaderas, no cambian al mundo ni la vida, pero son imprescindiblemente necesarias para vivir . . . ”

En tanto Macunaima rehace en su memorial fotográfico de más de treinta años caminando cerca de Cristina y de su esposo, en nuestro caso, espectáculos como el que brindaran el viernes y sábado, nos exoneraron – nunca es tarde - de que los mismos hubieran constituido para nosotros una asignatura todavía pendiente.

Nos sabemos cómo, ni cuándo, ni por qué, - y ya hemos transitado varias décadas - en las que no se nos había dado la posibilidad de disfrutar todo lo que trasmite la Sra. Cristina desde el escenario, donde alterna un señorío profesional pleno, con la calidez propia de las grandes mujeres volcadas a algunas de las artes : el conseguir ambas posturas refleja el mejor equilibrio humano de que se es capaz.

La introducción al espectáculo que suscribe Atilio es la propia de un preceptor que desde el público o desde el escenario nos cuenta cómo y por qué la Sra. Cristina Fernández puede ofrecernos siempre todo lo que tuvo a su cargo justamente cuando terminaba la última semana de julio.
En algún momento del ayer conocimos a Atilio a través de sus notas . . . también ofreció a Gabriela horas de apoyo y reflexión en común parafraseando la imagen de una voz y su guitarra.

Le reiteramos entonces nuestro saludo, al igual que a su esposo, luego de haber compartido a pleno dos noches como las que ustedes saben ofrecer.



Delta y Octavio Posada Alpuy

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