jueves, 19 de julio de 2007

CHAU NEGRO



Recuerdos.
Hace más o menos cinco años atrás, fuimos con Natalia, mi hija mayor, a la conferencia de prensa de Joan Manuel Serrat.
Mi hija estaba emocionada, por acompañarme en una tarea profesional y por la posibilidad de conocer al catalán.
De pronto, en el lobby del Hotel Columbia apareció Roberto Fontanarrosa con su mujer y unos amigos, Natalia me dijo¨mirá Papá, ahñi está Fontanarrosa¨. Creí que Nati deliraba, pero no ahí estaba el Negro Fontanarrosa, con sus ojos enormes y atentos. Le sonreímos y el nos sonrió, le dije quienes éramos y qué hacíamos ahí. Él nos contó que como buen canalla venía a Montevideo para ver a Rosario Central.
Esta noche, aunque siga pensando que la muerte es poca cosa, siento que hay un pedazo de mí que se ha desprendido como una chapa del techo de una vivienda humilde. Se fue el Negro. Se fue nomás.
Estamos un poco a la intemperie.

1 comentario:

Orson Díaz dijo...

La tinta, cuando sangra, nos revela las almas.
Hay austeridades repletas de sentido.
No se fue.
No se va.