Duele, y dolerá, tu ausencia.
Nos enseñaste, con el hombre y el poeta que te habitaban, que no hay pecado mayor en esta vida que traicionar o traicionarse.
Asunto que no es lo mismo, pero que es igual.
¨Irse dos años después de Luz, es demasiado tiempo¨, podrías decir con ironía, con humor o hasta con cierta amargura, que todos estos estados de ánimo pueden pasarte por el corazón frente a una ausencia irremediable.
Como verás, ya nostalgio.
Te has ido y es difícil que del otro lado nos lleguen cartas, poemas, análisis críticos o un artículo periodístico, por eso, por absoluto egoísmo de nuestra parte, nos lamentamos de tu ausencia, también irremediable.
De cualquier modo, en lo que te sobrevivamos, tomaremos algunos versos tuyos para no andar a tientas, lo que nos resta del camino.
HASTA SIEMPRE COMPAÑERO MARIO BENEDETTI.
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