miércoles, 29 de abril de 2009

IDEA EN MI



Ayer pensé todo el día en ti, como lo hice otros días, hace tiempo cuando empezaste a construir un cerco alrededor, como la Garbo, que parecía absolutamente insalvable.
Habían quedado atrás los días del IAVA, que la pocha sadi me recuerda en un correo, y también los días del salvo, jorge y otras cosas.
Se fue el beto oreggioni, se fue arca, cuando en la calle andes todavía podía aparecer juan flo y a veces tú, imponiéndome silencio a mí, que sabes que hablo hasta por los codos.
Alguna vez, alguien me comentó que lo que habías leído de mí era un poco raro, creo que dijiste ¨con demasiadas deudas beat¨, pero que no disgustaba.
En 1983, aún en dictadura, me acerqué a vos, durante la asamblea de fundación de lo que fuera asesur, asociación de escritores del uruguay, en el teatro circular. Estamos todos nerviosos, asustados, porque en cualquier momento podrían caer los milicos y pudrirlo todo.
Tú no aparecías nerviosa para nada, creo que te dije al oído mi vieja fórmula: ¨ya sé que soy un poeta menor, poeta oscuro...¨. No me dejaste terminar la sandez que estaba por decir, y con aquel gesto de cansancio, que ya te conocía del IAVA, me dijiste: ¨Eres un poeta y punto¨. 
Después pasaron años de fugaces cruces, encuentros de escritores, jornadas de lectura, ámbitos de la cultura, en las pocas veces que aparecías, y perdida toda capacidad de decirte alguna cosa  que realmente no saliera sobrando, me limitaba a darte un beso o apretarte fuerte la mano para trasmitirte el amor que siento por tu poesía desde los 16 años.
Sabés, yo repartía diarios en la blanqueada, y un vecino conmovido con el canillita que aspiraba a ser profesor de historia, ofreció regalarme el libro que quisiera.
Y yo le pedí un libro de Idea Vilariño.

Ayer 28 de abril, dejaste esa envoltura de piel, linfa, músculos, huesos, que encerraban al pajarito cantor de tu poesía. 
Te fuiste y diste por tierra con mis planes de usar a tu hermano numen como puente de un posible encuentro contigo, quería mostrarte un poema de ¨la bufanda del aviador¨.
Ya era tiempo de irme, nos hubieras dicho a elder, a la pocha sadi, a nanai fonseca, a todos los que, con el completo egoismo de los que se quedan, deseamos que te quedaras un poco más.

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