Hoy, 9 de enero mi vieja cumpliría años.
Doña Myrurgia se fue y su ausencia me lastima hace 6 años, aunque a veces yo finja haberlo superado.
Ella está conmigo en horas desveladas o de sueño intranquilo.
Aparece y desaparece en una esquina, me toma por asalto en un recuerdo, en un gesto o en el brillo de los ojos de algunos de mis hijos.
No tuvimos, desde mi adolescencia, una relación fácil, pero quise mucho a mi madre, que hizo enormes sacrificios para criarnos a los seis.
La vida tampoco fue fácil para ella, que fue madre a los 17 y debió sobrellevar una vida cargada de privaciones y de sufrimientos.
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