José Luís Mangieri, mítico creador de la revista y editorial La Rosa Blindada, murió ayer a los 83 años.
Con un pie en la poesía y otro en la política –se afilió al Partido Comunista en 1953 y fue expulsado en 1966– Mangieri desarrolló múltiples tareas en el ámbito social argentino.
Poeta, periodista, editor y agitador cultural, ha servido de memoria y nexo de varias generaciones de artistas e intelectuales y fue un referente insoslayable para quienes deseen conocer los avatares por los que atravesó nuestro país.
A fuerza de haber hecho bien su trabajo, Mangieri, como señaló el poeta Fabián Casas, “se volvió invisible”.
Sin apoyos de empresarios ni subsidios –hasta llegó a hipotecar su casa para editar Interrupciones, de Juan Gelman– logró publicar más de mil títulos en las tres principales editoriales que creó: La Rosa Blindada, Ediciones Caldén y Libros de Tierra Firme.
En sus catálogos conviven la poesía de Raúl González Tuñón, Leopoldo Marechal, Juan Gelman, Raúl Gustavo Aguirre, Joaquín Giannuzzi, Leónidas Lamborghini, Francisco Madariaga, Juana Bignozzi, Diana Bellessi y Casas, con los textos políticos de Antonio Gramsci, Ho Chi Minh y Ernesto Guevara, entre otros.
Convencido de que la poesía es el género “resistente por excelencia, porque trabaja con lo mejor de los seres humanos, que son los sentimientos”, el poeta publicó tan sólo dos poemarios: 15 poemas y un títere (1963) y recientemente el tan anunciado Poemas del amor y la guerra (Ediciones en Danza).
En 2004, cuando cumplió 80 años, presentó su libro de memorias como editor Es rigurosamente cierto, y en 2006 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le otorgó el título de Ciudadano Ilustre, por su trayectoria en el campo de la cultura.
Con un pie en la poesía y otro en la política –se afilió al Partido Comunista en 1953 y fue expulsado en 1966– Mangieri desarrolló múltiples tareas en el ámbito social argentino.
Poeta, periodista, editor y agitador cultural, ha servido de memoria y nexo de varias generaciones de artistas e intelectuales y fue un referente insoslayable para quienes deseen conocer los avatares por los que atravesó nuestro país.
A fuerza de haber hecho bien su trabajo, Mangieri, como señaló el poeta Fabián Casas, “se volvió invisible”.
Sin apoyos de empresarios ni subsidios –hasta llegó a hipotecar su casa para editar Interrupciones, de Juan Gelman– logró publicar más de mil títulos en las tres principales editoriales que creó: La Rosa Blindada, Ediciones Caldén y Libros de Tierra Firme.
En sus catálogos conviven la poesía de Raúl González Tuñón, Leopoldo Marechal, Juan Gelman, Raúl Gustavo Aguirre, Joaquín Giannuzzi, Leónidas Lamborghini, Francisco Madariaga, Juana Bignozzi, Diana Bellessi y Casas, con los textos políticos de Antonio Gramsci, Ho Chi Minh y Ernesto Guevara, entre otros.
Convencido de que la poesía es el género “resistente por excelencia, porque trabaja con lo mejor de los seres humanos, que son los sentimientos”, el poeta publicó tan sólo dos poemarios: 15 poemas y un títere (1963) y recientemente el tan anunciado Poemas del amor y la guerra (Ediciones en Danza).
En 2004, cuando cumplió 80 años, presentó su libro de memorias como editor Es rigurosamente cierto, y en 2006 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le otorgó el título de Ciudadano Ilustre, por su trayectoria en el campo de la cultura.
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