la poesía no es una señorita timorata
pudorosa celestial
de las que aborrecen
los pellizcos furtivos
los callejones oscuros
y la camiseta sudada del mediocampista
la poesía no es cristal y cristal
ni tiene rígidas carnes marmolinas
ella se sienta en los retretes
y transpira bajo las sábanas
del amor
marcha como cualquier hijo de vecino
por el pan por el salario
y otras cuestiones
está en el sindicato y en el frente político
(la conquista del poder es un acto poético)
la poesía es amiga de tahures melacólicos
como fancois villon
o tiernos rufianes como gregory corso
lo que no quiere decir
que no ame a ernesto cardenal
que es un santo.
de ¨Fantasmas en la máquina¨, Ediciones de Uno, Montevideo 1986
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