viernes, 7 de diciembre de 2007

COMENTARIO DE LA NACIÓN SOBRE BEBETO ALVES



Artista de la frontera

Recital del compositor e intérprete Bebeto Alves. Presentación del espec- táculo "Blackbagualnegovéio". Anteayer, en el Teatro ND/Ateneo, en el marco de las "Noches brasileñas" del IV° Festival Internacional de Buenos Aires.
Nuestra opinión: bueno

Sólo con el tercer tema, "Nego veio", el Brasil más conocido empieza a sonar en este recital. Aunque no sea el que mejor pinte a Bebeto Alves: músico nacido en Uruguayana y criado en Porto Alegre. Artista de frontera como consecuencia de esa mezcla que se produce entre el lugar de origen y la necesitad de explorar cosas diferentes que no tienen límites territoriales.

"La frontera es todo lo que tengo (...) soy lo que soy, y lo soy ciento por ciento", anunciará antes de elegir un interludio que si tiene algún leve guiño flamenco será para dar un toque diferente, un matiz. Porque hubo muchas variantes musicales y más de una docena de discos hasta llegar a este Bebeto de canciones despojadas y figura sobria en negro pleno (negros los zapatos, el traje, el esmalte de las uñas que rasguean o arpegian las cuerdas de su guitarra acústica; negro el sombrero de ala ancha que sombrea su rostro).

Caminos muy distintos fueron los que tomó para producir discos como "Paisajem" más pop que el "Mandando lenha" decorado con varios chamamés y rancheras. Pero lo más probable es que todos sirvieran de equipaje para llegar al disco que está registrando, a los temas que estrena para el público argentino -una versión de "Paint it Black" atravesada por la milonga; la hipnótica "O tránsito"; "Don´t", en inglés; y la que suena tan pampeana, "Canos"- o para reunirse con amigos artistas de Buenos Aires que conoció en anteriores visitas a esta ciudad. Una de esas amistades es la que mantiene con Liliana Herrero, que al promediar el concierto llega junto al guitarrista Diego Rolón para compartir con Alves algunos temas.

Comienzan con "Una loca tempestad". Buena definición es la de un señor que está sentado en la fila posterior a la de este cronista: "¡Qué hermosa canción! Con este tema se fueron al c...". Certero el hombre con su comentario. Aunque, dicho con palabras más apropiadas para la crónica de un matutino, se podría asegura que con esta bellísma canción escrita por Bebeto y quien fuera su socio musical en más de una ocasión, Totonho Villeroy, el protagonista logra conectarse completamente con el público.

En trío continúan con la "Oración del remanso", de Jorge Fandermole, y en plan de intercambios argentino-brasileños llega "Felicidade", de Lupicínio Rodrigues, que emociona a la Herrero.

"¿Cómo sigo ahora?", se pregunta Bebeto cuando vuelve a quedar solo en el escenario. Lo hace con una pieza que no es menos bella que las anteriores (tal vez la mejor de su repertorio). Después se despide con su "Milonga de paus", que dio título a uno de sus discos grabado a principios de los noventa. Una de esas milongas al estilo Alves, una que lleva rasgos de identidad gaúcha, prima o hermana de la pampeana y la rioplatense.

Mauro Apicella

No hay comentarios.: